Ingredientes:
110 g de leche
12 g de levadura de panadería (yo uso de la marca Levital y
echo medio dado)
50 g de aceite de girasol
1 cucharada escasa de esencia de vainilla
70 g de azúcar
1 pizca de sal
250 g de harina de fuerza
1 bote de nocilla (solo de 1 color)
Mantequilla para pintarlos.
Empezamos:
1 En un plato y ayudándonos con dos cucharas ponemos
montoncitos de nocilla separados entre sí. Que queden en plan churro. Los
metemos en la nevera mientras hacemos el resto.
2 Ponemos la leche, el aceite y la levadura en la thermomix
y programamos 2 min, 37º, velocidad 3. A continuación ponemos la vainilla, el
azúcar, la sal y la harina y programamos 4 min, vaso cerrado, velocidad espiga.
Lo que sin thermomix vendría siendo diluir bien en leche templadita el aceite y
la levadura, mezclarlo con el resto de ingredientes y amasar hasta que la masa
no se nos pegue a los dedos.
3 Lo pasamos a un bol y dejamos reposar una hora.
4 Hacemos 12 bolitas de tamaño similar (yo nunca consigo que
me queden iguales, pero al menos lo intento) y con un rodillo estiramos para
formar un rectángulo. Ponemos lo más centrado posible los churretes de nocilla
que teníamos en la nevera, sin que llegue a los bordes. Cerramos envolviendo
bien la nocilla y enrollamos.
5 En una bandeja de horno ponemos papel de hornear y los
colocamos ahí, no muy lejos, la idea es que se peguen entre ellos para que
luego al separarlos queden tiernos por las uniones. Al menos a mí me gustan
así. Unos 2 cm de separación serán suficientes.
6 Ponemos el horno a 180º con calor por arriba y por abajo.
Mientras, los dejamos reposar tapados con un paño.
7 Horneamos 15 minutos y según los saquemos los pintamos con
un poco de mantequilla.
Ya solo queda degustarlos. Espero que os gusten tanto como a mis hobbits, ya que hubo que esconderlos porque si no volaban.
No hay comentarios:
Publicar un comentario