lunes, 21 de diciembre de 2015

Mantecados de avellana con Nocilla

Buenos lunes navideños, guerreros. Hoy Kocina con Ka os trae unos mantecados de avellana con Nocilla perfectos para merendar o incluso desayunar el día de Navidad. Vi la idea en el blog Desayunos en Tiffanys, pero por circunstancias de la vida (por no fijarme, básicamente) la hice de manera un poco diferente. No obstante, si clicáis en el nombre del blog os llevará a la receta original, por si preferís seguir ésa. Aquí os pongo cómo me las apañé yo para conseguir estos increíbles mantecados, que no es porque los hiciera yo, pero están de escándalo.

¡A las kocinas!

Ingredientes


350 g de harina
80 g de avellanas tostadas (yo usé crudas y las tosté en el horno)
100 g de azúcar glas
125 g de mantequilla
125 g de crema de cacao (yo usé la del Lidl, que es la que más me sabe a avellanas)
50 g de aceite de girasol

Preparación


1. Secamos la harina en el horno. No hace falta que quede tostada, es para que pierda la humedad. Yo lo hice en el horno de leña, la extendemos en la bandeja del horno y la dejamos unos 20 minutos a 150 grados aproximadamente, pero os recomiendo que vayáis echándole un ojo y removiéndola para que no se tueste. Hay que dejarla enfriar antes de utilizarla. En una hora más o menos la tenéis lista.

2. Molemos la avellana. Con una picadora o con la Thermomix (6 segundos, velocidad 8).

3. Añadimos a la avellana molida la harina y el azúcar glas y lo mezclamos bien. Si lo hacemos con Thermomix, 5 segundos a velocidad 4.

4. Agregamos la mantequilla en trozos, el aceite y la crema de cacao y lo integramos todo bien. Si estamos con la Thermomix, 15 segundos, velocidad 6. Queda una masa poco o nada pegajosa, no os preocupéis si tiene aspecto ligeramente arenoso.

5. Damos forma a los mantecados y los colocamos en la bandeja del horno sobre un papel vegetal o un silpat. Deben tener un grosor de aproximadamente un centímetro. Se pueden usar cortapastas, pues al compactar la masa con las manos queda muy manejable.

6. Horneamos a 170º unos 15-20 minutos. Veréis que se empiezan a resquebrajar por la superficie.

7. Los sacamos con muchísimo cuidado, pues cuando están calientes son muy frágiles y se rompen con solo mirarlos. Yo utilizo una espumadera de silicona de este tipo para trasladarlos a una rejilla para que enfríen.
Es importante dejarlos enfriar, porque un impaciente que yo me sé se comió uno nada más salir del horno y se llevó un buen quemazo en la lengua... La tentación es grande, pero la paciencia es la mejor consejera ;)

Espero que los probéis y que os gusten tanto como a nosotros. Y también que paséis unas muy felices fiestas rodeados de la gente a la que más queréis.

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